Seguro de vida vs seguro de decesos: diferencias clave
- Aura Seguros
Cuando pensamos en proteger a nuestra familia ante lo inevitable, surgen dos opciones de póliza muy distintas: el seguro de vida y el seguro de decesos (también llamado seguro de sepelio o seguro de gastos funerarios). Aunque ambos se relacionan con el fallecimiento de una persona, no son lo mismo.
¿Cuál es la diferencia entre un seguro de vida y un seguro de decesos?
La diferencia principal es que el seguro de vida ofrece una indemnización económica a los beneficiarios cuando fallece el asegurado, mientras que el seguro de decesos cubre los gastos y servicios del funeral del asegurado. En otras palabras, el seguro de vida brinda apoyo financiero a la familia, y el de decesos se encarga del sepelio y las gestiones tras la muerte. Ambos se activan en caso de fallecimiento, pero su finalidad y coberturas son distintas.
Algunas diferencias clave entre un seguro de vida y uno de decesos son:
- Finalidad de la póliza: el seguro de vida se contrata para aportar estabilidad económica a los familiares tras la muerte del asegurado (e incluso cubrir invalidez o enfermedad grave, si así se pacta), mientras que el seguro de decesos garantiza la prestación del servicio funerario y todos los trámites necesarios en ese momento.
- Coberturas que ofrecen: el seguro de vida cubre principalmente el fallecimiento del asegurado, pagando el capital acordado a sus beneficiarios; además, suele permitir contratar coberturas adicionales como invalidez permanente absoluta o enfermedades graves.
El seguro de decesos, en cambio, cubre los gastos del funeral (entierro o incineración, ataúd, tanatorio, lápida, etc.) y gestiona los trámites administrativos relacionados con el fallecimiento. También suele incluir servicios de asistencia (repatriación, ayuda psicológica, asesoría legal, etc.) para la familia.
- Beneficiarios y forma de pago: en el seguro de vida es necesario designar beneficiarios, que serán quienes cobren la indemnización tras el fallecimiento.
En el seguro de decesos no se designan beneficiarios para un cobro, ya que la aseguradora paga directamente los servicios funerarios contratados; si sobra parte del capital (porque el funeral cuesta menos de lo previsto), la aseguradora reembolsa el excedente a los herederos del asegurado.
- Cantidad asegurada: en los seguros de vida, el tomador elige el capital a asegurar (la cantidad de dinero que recibirían sus familiares) según sus necesidades y presupuesto de prima.
En el seguro de decesos, el capital lo establece la aseguradora en función del coste de los servicios funerarios elegidos y los precios según la localidad del sepelio. Esto significa que la suma asegurada de un seguro de decesos equivale al coste estimado del funeral, mientras que en uno de vida puede ser cualquier cantidad (50.000€, 100.000€, 300.000€, etc.) que se quiera dejar como soporte económico.
- Pago de la prima y duración: por lo general, un seguro de vida se contrata por un período determinado o se renueva anualmente pagando una prima que puede ajustarse con la edad, y se puede mantener mientras se pague (algunas pólizas de vida tienen edad máxima de cobertura, p. ej. hasta 65 o 70 años).
En cambio, el seguro de decesos suele pagarse toda la vida: no tiene un límite fijo de años, sino que se abona la prima mientras se desee mantener la cobertura, normalmente hasta el fallecimiento del asegurado. Cabe mencionar que la prima del decesos puede variar con el tiempo para ajustarse al incremento de los costos funerarios (por ejemplo, por inflación), mientras que en el seguro de vida el capital y la prima suelen permanecer según lo contratado inicialmente.
El seguro de vida: ¿qué cubre y cuándo se paga?
El seguro de vida cubre el fallecimiento del asegurado por (casi) cualquier causa, garantizando el pago del capital asegurado a los beneficiarios designados. Su objetivo principal es proporcionar una compensación económica que ayude a la familia a sostenerse tras la pérdida de un ser querido. Por ejemplo, con un seguro de vida la familia podría pagar la hipoteca, estudios de los hijos u otras deudas gracias a la indemnización recibida. Normalmente, si el asegurado fallece (ya sea por enfermedad o accidente), la compañía abonará a los beneficiarios la suma pactada en la póliza en forma de pago único o renta, según se haya acordado.
Además de la cobertura básica de fallecimiento, muchos seguros de vida incluyen coberturas adicionales opcionales. Estas coberturas complementarias pueden ser, por ejemplo, la invalidez permanente absoluta (si el asegurado queda incapacitado para trabajar, recibe en vida el capital asegurado) o la cobertura de enfermedades graves (anticipo de un capital si se diagnostica cierta enfermedad seria). De este modo, el seguro de vida no solo protege en caso de muerte, sino que puede brindar tranquilidad financiera ante otros infortunios graves.
Exclusiones y casos no cubiertos:
- Suicidio en el primer año: la mayoría de aseguradoras no cubren el suicidio si ocurre dentro del primer año desde que comienza la póliza.
- Actos delictivos intencionados: si la muerte del asegurado ocurre mientras comete un delito de forma voluntaria, no se suele cubrir.
- Participación en guerras o conflictos armados: los fallecimientos en estos contextos están excluidos en la mayoría de los seguros de vida.
- Imprudencias graves: si el fallecimiento ocurre debido a una conducta extremadamente temeraria o negligente del asegurado, la aseguradora podría no pagar.
- Enfermedad preexistente no declarada: si el asegurado oculta intencionadamente una enfermedad grave al contratar el seguro, y muere por esa causa, la aseguradora puede rechazar el pago.
Importancia de revisar las exclusiones: aunque un seguro de vida cubre la mayoría de fallecimientos por enfermedad o accidente, es fundamental leer bien las cláusulas de exclusión para saber exactamente en qué casos no se pagaría. Muchas pólizas especifican de forma clara los límites, como el suicidio en el primer año u otras circunstancias extremas.
Beneficiarios y cobro:
En caso de fallecimiento del asegurado, ¿quién cobra el seguro de vida?
La indemnización la reciben los beneficiarios nombrados en la póliza, que suelen ser familiares directos (cónyuge, hijos) u otras personas que el tomador haya designado. Es importante mantener actualizada la designación de beneficiarios. Si el beneficiario fallece antes que el asegurado o a la vez, normalmente la póliza contempla beneficiarios contingentes o, en su defecto, el capital formaría parte de la herencia legal del asegurado. Por tanto, si te preocupa qué pasa con tu seguro de vida si mueres, la respuesta es que la compañía aseguradora pagará el importe asegurado a tus beneficiarios; el contrato de seguro se extingue con ese pago, cumpliendo su función. En caso de que nadie reclame y haya cobertura vigente, los herederos legales podrían solicitar esa prestación.
¿Vale la pena tener un seguro de vida?
Para muchas personas, sí. Este seguro es especialmente recomendable si tienes personas que dependen de tus ingresos (hijos pequeños, pareja, deudas como una hipoteca) y quieres garantizar su bienestar económico pase lo que pase. Si bien nadie está obligado a tener un seguro de vida, es una decisión sabia para quienes desean proteger el futuro de sus seres queridos. Incluso si cuentas con ahorros, la suma asegurada del seguro de vida aporta liquidez inmediata en un momento crítico. Por otro lado, si no tienes cargas familiares ni deudas, podrías considerar menos prioritario este seguro – todo depende de tu situación personal.
El seguro de decesos: ¿qué cubre y cómo funciona?
El seguro de decesos cubre todos los gastos y gestiones del funeral del asegurado cuando este fallece, aliviando a la familia de esa carga económica y administrativa. En la práctica, esto significa que si tienes un seguro de decesos, al momento de tu fallecimiento la compañía aseguradora se encargará de coordinar y pagar el servicio funerario según lo contratado. Las coberturas básicas de un seguro de decesos suelen incluir:
- Servicio funerario completo: pago del féretro/ataúd, el tanatorio o velatorio, la ceremonia de entierro o incineración, la sepultura o nicho y la lápida, así como las coronas o flores y esquelas en prensa si se desea. En esencia, todos los elementos propios del sepelio están cubiertos hasta el límite de capital asegurado.
- Gestión de trámites y documentos: la aseguradora realiza o asesora en las gestiones burocráticas necesarias tras la defunción. Por ejemplo, se ocupa de la inscripción del fallecimiento en el Registro Civil, la baja en la Seguridad Social, certificados de defunción, gestión de pensiones de viudedad/orfandad, etc. También suelen ofrecer orientación legal para sucesiones o testamentaría, y asistencia para obtención de certificados.
- Asistencia y traslados: prácticamente todos los seguros de decesos incluyen la repatriación o traslado del fallecido si el fallecimiento ocurre fuera de su localidad de residencia, o incluso en el extranjero. Del mismo modo, cubren los traslados nacionales que hagan falta (por ejemplo, si la familia desea enterrar al ser querido en su pueblo natal u otra ciudad).
- Atención a la familia: muchas pólizas contemplan servicios de apoyo psicológico para los familiares en duelo, especialmente si la muerte ha sido traumática. Algunas ofrecen consultas jurídicas gratuitas relativas a la defunción, e incluso gestiones más modernas como el borrado de la huella digital (eliminar perfiles en redes sociales del fallecido, etc.) como coberturas adicionales.
- Gastos extraordinarios necesarios: si surgen costes adicionales por circunstancias especiales (por ejemplo, la intervención de un médico forense o autopsia obligatoria), el seguro de decesos también los cubre dentro de su capita. La idea es que la familia no tenga que desembolsar nada relacionado con el funeral.
En resumen, con un buen seguro de decesos la familia no paga nada por el entierro ni tiene que encargarse de los trámites, ya que la aseguradora lo provee todo según la póliza. Esto es de gran ayuda considerando que un funeral básico en España puede costar, de media, alrededor de 3.500 euros o más, dependiendo de la provincia.
Duración del seguro y pago de primas:
A diferencia del seguro de vida, el seguro de decesos no tiene una duración limitada en años: se mantiene mientras el asegurado viva y siga pagando la prima, hasta el momento en que ocurra el fallecimiento. Por eso a veces se pregunta “¿cuántos años hay que pagar un seguro de decesos?”, y la respuesta es que normalmente toda la vida, ya que es un seguro de prestación de servicio futura.
Existen modalidades de pago (por ejemplo, prima nivelada, natural, única, etc.), pero en términos generales se paga una cuota periódica que puede ser mensual, trimestral o anual. El coste depende de la edad del asegurado, las coberturas contratadas y la compañía, pero suele oscilar desde unos pocos euros al mes en personas jóvenes, incrementándose con la edad. Es importante saber que las aseguradoras pueden actualizar el importe asegurado (y la prima) con el tiempo para que siempre cubra el coste real de un funeral en cada momento. En cualquier caso, cuando ocurre el fallecimiento, no hay que abonar nada más: el servicio se presta sin
¿Qué pasa si falleces y no tienes seguro de decesos?
Simplemente, tus familiares deberán hacerse cargo de todos los arreglos y costos del funeral. Como mencionamos, un entierro estándar puede costar varios miles de euros, cantidad que a veces pilla desprevenida a la familia. Sin seguro, podrían tener que improvisar ese pago o recurrir a ahorros y préstamos en cuestión de días. Además del coste, está la gestión: elegir funeraria, papeleo legal, etc., todo lo cual recae en la familia en pleno duelo. Por eso, el seguro de decesos aporta ese respaldo inmediato.
Por otro lado, “¿el seguro de vida cubre el entierro?” es una duda común relacionada: la respuesta es no, el seguro de vida no cubre ni organiza el entierro de forma directa. Si solo cuentas con un seguro de vida, podrías destinar parte de la indemnización que reciba tu familia a pagar el funeral, pero tus familiares igualmente tendrían que encargarse de contratar y gestionar el servicio funerario. Solo el seguro de decesos está pensado específicamente para cubrir el sepelio en sí mismo. Por eso, idealmente, son pólizas que no se excluyen sino que se complementan entre sí.
¿Necesito contratar un seguro de vida, un seguro de decesos o ambos?
Ambos seguros cubren necesidades diferentes, así que la decisión depende de qué protección busques. Si tu prioridad es proteger económicamente a tu familia (por ejemplo, para que puedan pagar la hipoteca, estudios o mantener su nivel de vida cuando tú no estés), entonces el seguro de vida es indispensable. En cambio, si te preocupa más cubrir los gastos de tu entierro y no dejar esa carga a tus seres queridos, un seguro de decesos es la opción que responde a esa necesidad concreta.
Ahora bien, tener un seguro de vida no sustituye al de decesos, ni viceversa. Como hemos explicado, son complementarios y muchas personas optan por contratar ambos tipos de seguros para una protección completa. De hecho, los expertos suelen recomendar contar con los dos: uno para la estabilidad financiera de la familia y otro para la asistencia funeraria inmediata. Si tu presupuesto lo permite, lo más prudente es disponer de ambos seguros, ya que así garantizas que, llegado el momento, tus seres queridos recibirán un apoyo económico importante y no tendrán que preocuparse por organizar ni pagar el funeral.
Conclusión
Un seguro de vida y un seguro de decesos no son rivales, sino aliados en la planificación familiar. El seguro de vida aporta seguridad financiera, mientras que el de decesos aporta acompañamiento y alivio logístico en los momentos más duros. Evaluando tu situación personal (familia, deudas, preferencias), puedes decidir cuál contratar primero o si hacer ambos. Lo importante es que, con cualquiera de ellos, estarás dando un paso responsable para cuidar de los tuyos incluso cuando ya no estés presente.
Consejo final: Si estás pensando en proteger a tu familia no solo económicamente, sino también liberándola de gestiones y gastos en un momento tan delicado, un seguro de decesos es una decisión responsable y de gran valor. En Aura Seguros te lo ponemos fácil: puedes consultar nuestro tarificador de decesos y encontrar la opción que mejor se adapta a ti y a los tuyos.
Infórmate ahora en la página del Seguro de Decesos de Aura Seguros y descubre cómo cuidarlos incluso cuando tú ya no estés. Porque anticiparse también es una forma de amar.
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